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Capítulo 5:Recuerdos Olvidados.
El siniestro crepitar del fuego
hacían de la taberna un lugar no más agradable que una alcantarilla… cada vez
que alguien osaba acercarse al fuego este crepitaba, cual furia… las tablas de
madera mohosas chirriaban cada vez que un aldeano pisaba aquél destrozado suelo…
cada vez que un Osvhirr daba un trago de su jarra de cerveza, el chirrido de
aquél mohoso suelo hacia que le retumbase la cabeza, evitando que disfrutase…
Pero aún así era la mejor
taberna del Barrio Pobre de Hargen.
Vik bajó a la planta baja para
relajarse… en cambio, el resto estaban en un cuarto no mucho mejor que la
primera planta… las camas, aunque agradables a primera vista, encerraban toda
una legión de repulsivas ratas y cucarachas… y aunque los sanadores de allí,
eran conocidos por ser pobres, también lo eran por su habilidad para curar
cualquier enfermedad…
Vik se acercó a la barra y miró
amenazante al fuego, el cual parecía intentar intimidarlo con su furioso y
ardiente crepitar… Vik se ladeó y pidió una fría jarra de su mejor bebida… agua
de fregar, pensó.
El tabernero le sirvió la
jarra, y, por su gesto, deducía que Vik podría
dar problemas.
Vik echó un rápido vistazo a la
taberna… avistó a poca gente…. Poca gente que no fuesen simples habitantes de
aquél cochambroso pueblo.
Había un joven de unos 17 años… estaba totalmente encapuchado y
llevaba un chaleco abierto por delante, lo que dejaba al descubierto su pecho,
por lo que parecía, no era débil… mejor no meterse con él, pensó Vik.
Un humanoide de una altura
considerable, que, ni el siendo un Herjengr, alcanzaba superar… la capucha
tapaban su cara y su toga no mostraba nada.
Y un señor de unos 30 años con
un bigote exuberante y que adoptaba una forma algo….curiosa, el bigote hacia
unas curvas hacia arriba y abajo para luego abrirse en diferentes direcciones y
acabar como punta de flecha juntos. A su cintura, destacaban dos ballestas.
Vik retomó su tarea principal
de beber la cerveza sin vomitar en el intento.
. . .
Aquella grotesca masa antes
conocida como Neku estaba cada vez más fortalecida y ensangrentada… Soltó un
rugido que agitó las llamas del pueblo masacrado en el que estaba.
. . .
Jess abrió los ojos, miró a su
alrededor y tan solo pudo ver, además de los componentes del cuarto que eran
las camas y un armario, a Cath, a Fa’meni y a Zack, que estaban
reincorporándose.
-¿Todos mínimamente bien? –Preguntó
Jess mientras se quitaba un mechón de la cara.
Zack se dejó caer y suspiró.
-¿Qué rayos le ha pasado a
Neku?-Dijo Zack aún algo mareado
Fa’meni se levantó y miró de
reojo a Zack, aún algo cansada.
-¿No conoces la historia de los
Har’Nahet?- Dijo Fa’meni intentando mantenerse sentada.
-Lo que todos…que son una raza
de Humanoides que encierra un alma de demonio…- Afirmó Zack, aún aturdido.
-Y Neku es el único superviviente…- afirmó Cath aún tumbada.
-Entonces… ¿Hemos perdido a Neku?-Dijo Jess preocupada.
-He oído que una Shavvdir puede eliminar temporalmente la
forma…-Dijo Cath mientras conseguía levantarse.
-¿Dónde viven?- Pregunto Fa’meni
-No se sabe…-dijo rápidamente Cath
. . .
Vik miró a los sanadores que se suponía que debían sanar al
resto del grupo, los cuales bebían hasta estar casi inconscientes.
Se notó un temblor.
Nadie se movió, el fuego parecía dejar de crepitar cada vez
más…
Un temblor más fuerte y un grito apagaron los eructos y blasfemas
de los borrachos de la taberna.
Algo viscoso cayó e hizo que el fuego se apagase.
Un sanador se acercó y echó un vistazo, grito durante unas
milésimas de segundos, luego, un gancho lo atrapó y lo subió.
La gente se quedó boquiabierta, acto seguido, cayó el
sanador, mutilado brutalmente.
-¡¿Pero que coño?!- Digo Vik al tiempo que desenfundaba sus
armas.
Vik buscó alguna amenaza, pero no vio nada y, además, se
fijó en que el joven y el enorme humanoide seguían tranquilos, sentados, era
sospechoso.
-¡¿Es que no veis que acaban de mutilar a alguien?! –Gritó Vik
a los dos extraños personajes, pero no recibió respuesta.
Un grito inundó todo sonido y la puerta se abrió de golpe,
un ciudadano de Hargren entró y corrió, buscando protección, pero lo único que
encontró fue la muerte, una enorme hacha se clavó en su cabeza y le partió en
dos.
Un demonio vestido con tan solo un taparrabos y un yelmo
entró rompiendo la puerta, la criatura era tan alto como dos Khardik juntos, lo
que era impresionante.
El demonio corrió hacia el joven, con intención de partirlo
en dos pero, en cambio, el joven desapareció, el demonio empezó a temblar,
gruñir, blasfemar, y, al final de todo, cayó sin cabeza al suelo, el joven
apareció en su espalda con dos dagas de aspecto feroz.
Un demonio rompió la ventana, abalanzándose sobre el
humanoide de gran tamaño, este, en apenas unos segundos, se transformó en
gusano, evitando el golpe, rápidamente se transformó en un lobo y, con sus
garras, despedazó al demonio.
Vik quedó sorprendido ante los dos, lamentaba haber
desconfiado.
-Eh, escucha-Dijo el joven reincorporándose.
-¿Qué? ¿Yo?-Dijo Vik, en guardia.
-No te fíes de las apariencias, se que pensabas-Dijo el
joven- Me llamo Kento…
-Ajá…-Dijo Vik-Siento haber sospechado, me llamo Viktor,
pero llámame Vik.
Los demonios empezaron a entrar cual marabunta, en apenas
unos momentos, la taberna estaba llena de ellos, Vik, Kento y el otro humanoide
habían subido y desde allí los mantenían a raya.
¡Son muchísimos!-Gritó el humanoide-Y por cierto, me llamo
Noctis.
Kento cogió una daga arrojadiza y acertó de lleno en el ojo
de un demonio que subía las escaleras, haciendo que se llevase a los que tenia
detrás hacia abajo y, dado que la madera era demasiado débil, los demonios
cayeron al crematorio de la ciudad, que era la parte inferior de Hargren.
Noctis aferró algo entre sus manos y se transformó en una
extraña bestia, que, además de ser bastante dura de roer, disparaba espinas a
los demonios, haciendo que cayesen.
-Admito que esto es divertido-Dijo Vik mientras partía el
cráneo a un demonio.
Se escuchó un rugido y los demonios se replegaron.
-¿Qué pasa?-Dijo Kento
-No….no….¡CORRED!-Grito Vik, pero era demasiado tarde.
EL estaba aquí.
El suelo se rompió haciendo que cayesen a una pasarela
reformada con energía demoniaca.
Fa’meni, por desgracia, cayó al crematorio, aunque consiguió
mantenerse en el aire unos instantes, un
hacha le atravesó la cabeza.
Neku(O lo que quedaba de el) Estaba mirando al grupo con
sonrisa sádica... y, con un gesto, atrapó a todos menos a Kento en un campo
demoniaco.
Kento rugió y se tiró encima
del demonio, pensando que era uno cualquiera.
Neku rió y lo tiró hacia atrás de un golpe.
Kento antes de tocar el suelo desapareció y apareció encima
de Neku, era fácil, pensó.
Neku se volvió una masa grotesca y atrapó a Kento en una masa de tentáculos.
Se formó el torso, la cabeza y los brazos de Neku y,
mientras sonreía, una voz resonaba en tu cabeza.
Tu alma será suculenta….-decía la voz.
Cath consiguió reincorporándose y, en un esfuerzo final,
lanzó un hechizo…
Todo se quedó en blanco.
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