Capítulo 4: Tumba Helada
Hace…mucho…frio…-Pensó Neku.
Intentó abrir los ojos en un
inútil intento, intentó moverse pero resultaba imposible.
¿Dónde estoy?-Pensaba-¿Cómo he
llegado aquí?
De pronto, rayo de luz se
filtró e iluminó la prisión donde se encontraba, esta, estaba recubierta por
una gruesa capa de hielo y esta ocupaba toda la celda alrededor de Neku, una
cara conocida asomó.
¿Ya estás despierto?-Dijo
Fa’meni.
Neku intentó hablar, en vano.
Ah, que no puedes hablar…
mejor, así no escucharé tus súplicas de camino a la prisión.
Neku gruñó débilmente y la
oscuridad volvió a sumirlo.
. . .
Zack se sacudió la guerrera,
estaba llena de una mezcla entre polvo y sangre.
¿Dónde estará Neku…? –se
preguntó al tiempo que buscaba con la mirada alguna cara conocida.
Cogió su mandoble y fue
sigilosamente por el camino ya destrozado y derrumbado… al cabo de apenas unos
minutos, un débil gemido salió de entre los escombros.
¿Quién es? –Dijo Zack
aferrándose a su fiel espada
Una roca se desprendió, dejando
ver a Vik bajo un montón de cuerpos de soldados de Vaj’Rak.
¿Me echas una mano o tengo que
lidiar solo? –dijo apartando varias rocas y cuerpos.
Arréglatelas… ¿por donde se fue
Neku?
Por… uhm…eh…-Dijo Vik buscando
la obertura.
… no me digas… que no lo
sabes…- Dijo Zack, al borde del holocausto.
. .
.
Jess abrió los ojos, no
recordaba casi nada de lo sucedido… le dolía el cuerpo por los numerosos tajos
y las numerosas flechas que este había sufrido.
Debería pedir un plus por esto…
-dijo mientras reía débilmente.
Giró la cabeza para buscar
algún indicio de Zack, Vik o Neku, pero no encontraba nada.
¿Cómo estarán esos zoquetes…?
–Dijo cayendo pesadamente a tierra.
Suspiró y volvió a intentar
incorporarse inútilmente.
Cerró los ojos, angustiada por
el dolor esperando su inminente final.
. .
.
Falta poco para llegar a la
prisión, espero que disfrutes del encarcelamiento. –Dijo Fa’meni casi riendo.
Neku abrió los ojos y,
sorprendentemente, podía hablar.
Has cambiado, amiga mía… ahora
eres del tipo de gente que quería exterminar.
La vida da muchos cambios…
-Dijo aún con una sonrisa en la cara
Los guardias se miraron entre
ellos… no sabían de lo que hablaban… del bosque ya casi no quedaba rastro y las
murallas de la ciudad empezaban a cubrir el horizonte.
Algo se escuchó debajo de la
sábana que cubría la jaula, esta empezó a temblar con cada vez más fuerza.
Los guardias se miraron
alarmados y miraron a Fa’meni a la espera de ordenes.
Sabía que habían historias
sobre lo que portaba dentro pero…
¿Qué pasa, señora? –Dijo un
guardia
¡Corred! –ladró, pero era
tarde.
Neku estaba de perfil mirando
al guardia sepultado con una macabra sonrisa en su cara.
Ehh…. ¿Neku…? –Dijo ligeramente
atemorizada Fa’meni.
Neku e puso de cara a Fa’meni,
la mitad de su cuerpo era el suyo, pero la otra mitad era una grotesca
abominación.
Esa mitad era de un rojo
carmesí, en vez de mano llevaba una especie de garra con 3 dedos y lo que era
el hombro era una guja gigante, la cara era de tal asquerosidad que era
indescriptible, recordaba a un Takkur regurgitado en la boca de un Kargro, y
llevaba una armadura tan tenebrosa que te daban ganas de rogar por tu vida ahí
mismo.
Fa’meni retrocedió y Neku (o lo
que queda del pobre) hizo un gesto con la garra, la cual se transformó en una
espada tan grande como el cuerpo de Fa’meni, sonrió y se abalanzó sobre ella.
¡Neku, para! –rogaba Fa’meni.
Pero Neku continuaba su brutal
ataque, saltaba, cortaba, volteaba, rodaba, se teletransportaba… no había
tregua para Fa’meni , en un momento, Fa’meni ya sentía en su cuerpo el
cansancio de varias batallas, en un instante después de esquivar un tajo, cayó
al suelo y Neku apareció delante de ella.
Si quieres matarme… hazlo ya…
-Dijo agotada.
Neku alzó la “espada” y se
propuso a abatirla, cuando de pronto una barrera mágica cubrió a Fa’meni e hizo
que Neku retrocediese.
¿Y tú eres la mejor maga de la
Corte de la Ventisca? –rió la voz melodiosa
Neku se agarró la cabeza y
buscó la voz.
Ya sabía yo que el joven tenía
algo cautivador… pero no sabía que
tratase así a las mujeres… -Rió de nuevo
la voz y salió del escondite, era Catherine.
Me llamo Catherine…-Dijo al
tiempo que bloqueaba una estocada de Neku.
Fa’meni la miró fascinada y
escuchó algo en dirección a la ciudad.
Venían soldados, una legión
dedujo Fa’meni.
Esta se levantó y salió
corriendo hacia el pueblo.
¡Eh! ¿A dónde crees que vas
dejándome aquí con el chalado este? –Dijo Cath al tiempo que desviaba un golpe
de Neku.
¡Os haré un último favor! –Dijo
al tiempo que canalizaba un gran hechizo, la tierra temblaba y los soldados
titubearon un momento, pero al poco volvieron a la carga.
. .
.
Vik levantó a Jess cuando
llegaron al claro.
¿Estás bien? –Dijo Vik al
tiempo que vigilaba.
Me siento como si hubiese
estado en una pelea de taberna… -Dijo mientras intentaba reir.
Zack les miró y volvió a cuidar
a Eara, la cual tenía heridas muy graves.
Venga pequeña, ya falta poco
–Dijo mientras untaba algo a la dragona.
El suelo tembló.
¡¿Qué es eso?! –Gritó Vik a
Zack
Zack quedó conmocionado, toda
Vaj’Rak estaba siendo atrapada por un bloque de hielo.
¡Que me digas que es! –Dijo Vik
al tiempo que se situaba a su lado.
Los dos quedaron patidifusos
ante tal espectáculo de una belleza y horror incomprensible.
De pronto su atención se vio
desviada cuando localizaron una figura roja peleando contra algo parecido a una
pulga blanca.
¿Qué es eso?- Preguntó Vik
El causante de todo seguro
–Dijo Zack al tiempo que se subía a Eara, Vik hizo lo propio.
Jess, descansa, volveremos en
poco tiempo –Dijo Vik mientras se despedía y volaban hacia allí.
. . .
Neku golpeó a Cath en el brazo
lo que le hizo perder el equilibrio y aumentar la velocidad de Neku, este, rió
como un poseso, cada vez desaparecía más su cuerpo y era reemplazado por la
masa grotesca.
Neku alzó la “espada” para
acabar con Cath, la cual no respondia.
Zack desvió el golpe e hizo que
se cortara el mismo con su arma.
¡Vamos demo…! ¿Neku? –Dijo Zack
reincorporándose.
Neku sonrió y le dio un
profundo tajo en el pecho, cuando este volvió a alzar su espada Eara le sacudió
con su cola mandándolo lejos.
Zack abrió los ojos como platos
y vió a Vik en Eara, a lo que le preguntó…
¿Cómo no ha visto a Eara si es
más grande que él y que los arboles? –Dijo Zack extrañado.
A mí no me preguntes, solo te
he salvado. –Dijo al tiempo que sonreía.
Brutal historia, me encanta, a ver si sacas el quinto capítulo.
ResponderEliminar